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jueves, 9 de julio de 2015

Review... ¡Que bonita es Barcelona!

No es ningún secreto el aprecio que siento por la ciudad de Barcelona, tal vez ahora compartido en parte con París (otra ciudad que no podéis dejar de visitar, podéis ver cosas muy interesantes en el post anterior), y una vez más quiero destacar su belleza, pues ya desde su aproximación a la pista 25R del Aeropuerto del Prat uno puede contemplar la estructura ortogonal del trazado de sus calles, solamente interrumpido por el gran eje que atraviesa toda la ciudad y que representa la Avenida Diagonal y la zona antigua donde destacan el Barrio del Raval y el Barrio Gótico, separados por las archiconocidas Ramblas(para muestra las imágenes que titulan este post, aunque no son de demasiada calidad, pero bueno a unos 3000 pies de altura y 200 nudos de velocidad (unos 900 metos de altura y 370km/h para los profanos) y con un móvil no dio para mas).

Bajo mi humilde punto de vista es una ciudad en la que merece la pena perderse tanto de noche como de día, descubrir sus rincones, sentirse como una hormiga rodeado de gente cuando se transita por sus grandes ejes turísticos (Port Vell Ramblas, Plaça Catalunya y Passeig de Gracia), abarrotados a cualquier hora del día y a la vez sintiéndose grande al contemplar toda la ciudad a tus pies desde los miradores naturales que forman Montjuic y Tibidabo.

Barcelona representa la puerta de España hacia Europa y, por ello, la variedad multicultural existente en la ciudad es enorme, sin embargo, pese a estas diferentes costumbres, todas las personas conviven en armonía y hacen sentirse al visitante como uno más.

Visitas ineludibles son las bellezas arquitectónicas del Passeig de Gracia y las archiconocidas Ramblas, como son La Pedrera (también conocida como Casa Milá), y la casa Batlo, ambas de Antoni Gaudí, la Plaça Catalunya llena de vida durante el día y con espectaculares iluminaciones por la noche, las bulliciosas Ramblas, con sus características mareas de turistas, la Plaça Reial (posiblemente la plaza mas bonita de la ciudad), el Gran Teatre del Liceu, comprar en el Mercat de Sant Josep y terminar en la estatua de colon y el Port Vell donde contemplar una bonita puesta de sol y ver los juegos de luces y sombras que se crean que toman cierto toque místico.










Si durante el día el bullicio de la gran urbe es lo más destacado, al caer la noche, aunque el bullicio sigue siendo importante, la luz comienza a cobrar importancia y de toda la iluminación existente en la ciudad, el mayor exponente lo representa la Font Magica de Montjuic, espectáculo digno de ver y además gratis, con el marco incomparable de MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya) y la Plaça Espanya.


Lo peor de toda visita a esta gran ciudad es, como siempre marcharse, aunque siempre queda el pensamiento y las ganas de volver, al menos a mi siempre me pasa y es que, como dice la última campaña publicitaria, "Barcelona inspira".


Quien no la conozca sinceramente debe ir, quien la conozca, habrá de todo, gente que le guste y gente que no pero bueno, en la variedad está el gusto.

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